24 febrero 2007

Otra vez Antoine

Perdón pero vuelvo a Truffaut y Los cuatrocientos golpes. Se me da por ahí.
Un momento de gran significación en la película: Antoine Doinel (protagonista entrañable) es echado de la clase. Su compañero de banco protesta en solidaridad con él y el maestro lo amenaza: “¿Quiere irse echado usted también?”No me molestaría”, responde altivo el chico. “Con que no... ¡fuera de acá! ¡Castigado!”Seguramente esto va en contra de la ley”, protesta el chico, sobreactuando. Su uso de la palabra “ley”no es inocente, es una referencia al protocolo de los mayores, a una fórmula secreta (¡ábrete sésamo!), casi mágica, a ver qué ocurre con ella cuando se la invoca, qué efecto tiene. “¡Ya le voy a mostrar yo quién dicta la ley, insolente!”, grita el maestro fuera de sí mientras se lleva al chico a la rastra. Con lo que queda claro que la ley es patrimonio (precisamente) de los padres, de las autoridades. En todo caso, de los mayores. La ley se aplica para someter y, si fuera el caso, castigar; para apaciguar a esos cuerpos jóvenes entregados a una serie incesante de movimientos, a una especie de fuga de sí mismos. Los niños deben ser educados, dirigidos, adaptados; sus fuerzas neutralizadas. O sea civilizados. Como mostraría Truffaut más adelante en El niño salvaje, en donde la ciencia ( esta vez bienintencionada, teñida de progresismo) quiere moldear a ese chico criado en los bosques, quiere humanizarlo, incluirlo (por la fuerza) en el mundo en el que mandan los adultos (los adultos tienen la razón). De algún modo, hay un realismo potente en Truffaut. De pronto, las imágenes que valen la pena están en las calles, en la anécdota mínima, en la vida capaz de latir en la humedad que hay en la pupila de un ojo.
Truffaut podría haber acuñado la siguiente frase: el cine es la continuación de la vida por otros medios.

4 Comments:

At 27 febrero, 2007 14:09, Anonymous Anónimo said...

Uff, basta de Truffaut!! Para cuándo algo de más actualidad, digo yo?Por ej. Qué me decís de Bad Santa y su segunda (!!)estatuilla.

 
At 27 febrero, 2007 15:37, Anonymous Anónimo said...

En todo caso prefiero a Truffaut con su falta (supuesta)de "actualidad". Me gusta esa idea, la de un artista "inactual" (como diría Nietzsche). De Santaolalla no opino, no sé nada.Me dicen que esta música por la que le dieron el Oscar este año es idéntica a la que mereció el mismo premio el año pasado.
Saludos Mr Cat, hace mucho que no se lo ve.

 
At 11 junio, 2007 13:02, Blogger La Oficinista said...

amigo david,
por favor actualice el blog...
le cuento que lo elegí para un jueguito blogger en el que caí.

pase por mi blog y vea...
saludos!

 
At 28 enero, 2008 21:32, Blogger Matias Cosentino said...

la paz que solo dan las facturas...

 

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